CENTRO MÉDICO ESTÉTICO

Ainhoa Barriola Azaldegi

DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN

OTOPLASTIA (Orejas)... Y ahora... ¿Qué hago?

Sí, ya se... soy miedoso y aprensivo. Pero ¿Qué le voy a hacer? Soy así.

Hace una semana que me operé las orejas, las tenía "de soplillo", o éso me dijo la doctora. Es decir, que las tenía muy despegadas de mi cabeza y me sobresalían a pesar de mi melena.

Claro... tengo ya 40 años y la melena ya no me pegaba. Además, empiezo a tener un poco de "tonsura", es decir, que se me va cayendo el pelo en la parte de atrás de mi cabeza, y el pelo largo con esa incipiente calvicie me empezaba a disgustar ya que me hacía más viejo y desaliñado.

Soy un hombre al que le gusta vestir bien, o eso me lo parece ya que mi estilo no tiene porque gustar a todo el mundo, me gusta socializar, me gusta mi trabajo (soy visitador médico), y me encanta mi familia (tengo mujer y una hija... que la pobre creo que ha heredado mis orejas). Pero no me gustaban mis orejas. Demasiado grandes y despegadas.... demasiado visibles. E insisto, el pelo largo ya no pegaba con mi estilo, ni con mi trabajo y, la verdad, tampoco quería añadir otro complejo al de mis orejas, el de la calvicie evidente a través de mi melena.

Así que, me decidí por la Otoplastia. Es decir, a operarme las orejas. A hacérmelas algo más pequeñas, pero sobretodo a pegármelas a la cabeza.

Como digo, hace una semana que me operé. Fue estupendo; con anestesia local (es decir, que me durmieron solamente las orejas), estuve toda la cirugía despierto, pero fue agradable ya que me pusieron música, la doctora me hablaba y tranquilizaba durante la intervención, y a pesar de mi aprensión no fue en absoluto estresante. Y lo mejor, en cuanto terminaron me pude marchar a casa enseguida (con gasas encima de las orejas sujetándolas con un gorro de lana que la doctora me dijo que llevara, pero sin dolor ya que estaban mis orejas aún anestesiadas), no tuve que quedarme en la clínica. Es verdad que la anestesia local no es agradable; te dan varios pinchazos que al principio sientes, pero después te van pinchando en zonas que ya están bastante dormidas y ya no duele.

El dolor, bueno... las molestias, viene después, cuando estás en casa. Pero como la doctora ya me lo comentó antes y me dio la receta con la medicación que iba a necesitar antes del día de la cirugía, ya tenía todos mis analgésicos en casa y las pautas para saber cómo tomármelos, y lo he ido superando sin ningún problema. La doctora me recomendó ducharme, lavándome el pelo también, desde el día siguiente de la intervención (es decir, quitarme el gorro y las gasas, y ducharme sin tocar los puntos que van detrás de las orejas, que no se ven) y después hacerme las curas de las cicatrices con un spray y vuelta a ponerme gasas y el gorro. Con ésto me sentía más limpio y vital; hay que reconocer que un buena ducha te quita el olor a quirófano y te revitaliza al momento.

Lo peor ha sido llevar el gorro con las gasas todo el día y noche durante una semana. Es un engorro (valga la redundancia... jijjjj). Pero a la semana ya me ha dejado quitármelo de día, dejar mis orejas al aire, y solamente ponérmelo de noche para no hacerme daño con la almohada. He visto cómo han ido desinflamándose poco a poco, aunque aún siguen discretamente inflamadas, pero creo que van bien. Estoy un poco preocupado porque las veo "demasiado" pegadas, pero me ha dicho la doctora que es lo normal. Que al principio están demasiado pegadas, pero que siempre se abren un poco y que tenemos que ir controlando que no se abran demasiado. Antes veía de frente unas orejas pegadas a una cabeza, y ahora veo una ¡cabeza sin orejas!... Pero confío en ella y tendré paciencia.

Hoy por la mañana he ido a cortarme el pelo y ¡parezco otro!. Me veo más joven y ¡me encanta!. Hasta mi niña me ha dicho que estoy más guapo (Jijijjjj). Me ha dado tal achuchón que creo que me ha tocado la oreja derecha del impulso y me ha empezado a sangrar. Soy tan aprensivo que me he imaginado de todo (que se me han abierto los puntos, que se me va a despegar otra vez, que se me puede infectar, que me voy a desangrar..... bueno, ¡todo lo peor!) y enseguida he llamado a la doctora (hay que reconocer que está en todo, no me he sentido desvalido en ningún momento. Además de que mi mujer me ha cuidado con mucho cariño, la doctora también ha estado pendiente de mí, incluso me dio su número de teléfono para cualquier emergencia, y siempre me ha contestado). Con lo aprensivo que soy, sé que le he dado la lata, le he llamado cada vez que he sentido algo "raro" y me ha ido tranquilizando mucho. A los 3 días de la intervención me vio en su consulta y todo estaba correcto, pero yo sigo nervioso y me tranquiliza mucho hablar con ella.

Así que la he vuelto a llamar, por el sangrado. Me ha dicho que me pusiera una gasa con agua oxigenada presionando detrás de la oreja derecha, donde está sangrando, durante un rato y que fuera a verla esta misma tarde en la consulta. Y... ha dejado de sangrar. No me duele, no sangra, mi mujer me dice que lo ve todo bien (es que yo no puedo ver la cicatriz, está demasiado escondida detrás de la oreja) y la veo estupenda aunque aún siga un poco "demasiado" pegada, pero ¡paciencia!.

Entonces... como va todo bien y no quiero molestarla..... ¿voy, o no voy?, ¿es una emergencia, o no?, ¿la vuelvo a llamar? La verdad es que ella me dijo que cualquier cosa la llamara... ¿Qué hago?